24 Porque Ezequías, rey de Judá, había reservado para toda la
asamblea mil novillos y 7.000 ovejas. Los jefes, por su parte, habían
reservado para la asamblea mil novillos y 10.000 ovejas, pues ya se habían
santificado muchos sacerdotes.
25 Toda la asamblea de Judá, los sacerdotes y los levitas y también
toda la asamblea que había venido de Israel y los forasteros venidos de la
tierra de Israel, lo mismo que los que habitaban en Judá, se
llenaron de
alegría.
26 Hubo gran gozo en Jerusalén; porque desde los días de Salomón,
hijo de David, rey de Israel, no se había hecho cosa semejante en Jerusalén.
27 Después se levantaron los sacerdotes y los levitas, y bendijeron al
pueblo; y fue oída su voz, y su oración penetró en el cielo, su santa morada.